viernes, 22 de julio de 2016

LOS CRIOLLOS PROGRESISTAS

Homenaje de Fiestas Julias

LOS CRIOLLOS PROGRESISTAS Y LOS INDIOS

Por Juan José Vega

Lentamente se va disolviendo la animadversión entre los criollos y los indígenas del Perú, aunque quisiéramos que este proceso criollo fuese más rápido en aras de la integración nacional. Tal vez nos ayude saber que muchos de ellos han aportado vigorosamente a la fraternidad peruana.
Es común echar en un solo saco a todos los criollos del Perú. Esta actitud es injusta. Se cuenta con manifestaciones de un anhelo solidario entre todos los nacidos en nuestro suelo; marcadamente aquel empeño procede en lo fundamental de los criollos pobres de las capas medias. El primer grito resonante en tal sentido lo lanzó Mariano Melgar, en plenas guerras de la Independencia. Aquel prócer fusilado en Umachiri en 1815 (poeta, ideólogo, profesor, músico, jurista, soldado) expresó su sincera solidaridad con el indio en muchos escritos y particularmente en la Oda a la Libertad, en la que expresa de sus compatriotas más oprimidos "cautivos habéis sido en vuestro suelo".
Melgar es la principal figura de nuestra Independencia y respaldó con su vida y su lucha heroica tales palabras. Igual los próceres criollos tupa-camaristas caídos en combate, como P.F. Bermúdez.
Pero estos heroicos ejemplos no fueron suficientes para convencer a la estólida aristocracia peruana. Así, los nobles de Lima imploraron a San Martín (su enemigo de escasos días atrás) que los montoneros que rodeaban Lima no participasen de las ceremonias del 28 de julio de ese 1821. Sólo ingresaría una pequeña unidad simbólica al mando de Francisco de Vidal, futuro General y Presidente. Razones de Estado guiaron esta condescendencia del caudillo libertario. Percibía que la mitad de Lima, que era afro-peruana, también era opuesta en su mayoría a tal presencia a causa de viejas rivalidades étnicas. Y en las clases medias criollas ("los blancos pobres") y mestizas primaba escasa simpatía hacia los guerrilleros, quienes eran fundamentalmente indios, sobre todo de las cercanas provincias de Huarochirí y Canta.

Clamor indigenista

Varios pensadores en la Colonia fueron precursores del indigenismo. Al fraile limeño Buenaventura de Salinas tuvieron que exiliarlo en el siglo XVII.
Instalada la República, el más alto grito del clamor indigenista lo daría el tribuno Manuel González Prada, a pesar de que pertenecía a familias coloniales. En su artículo precisamente titulado "Nuestros Indios" habría de denunciar las tropelías con que constantemente amagaba "la República" a esa capa étnica. Con indudable pesimismo en lo tocante a una fraternidad peruana –por lo menos en las condiciones que vivió– el apóstol manifestaba: "El indio se redimirá merced a su esfuerzo propio, no por la humanización de sus opresores". Aludió también a las masacres que se dieron en su época, como las de Amantani, Ilave y Huanta.



González Prada fue el principal defensor de los indios.

A González Prada se le considera el mentor intelectual del pensamiento de avanzada del Perú en las décadas iniciales del siglo XX; particularmente influenció al ideólogo V.R. Haya de la Torre, un aristócrata trujillano que se convirtió en líder popular y quien, desde su exilio en Berlín, reclamaría, en 1924, contra el olvido de la egregia figura de Túpac Amaru. Otro dirigente de pura sangre europea es Fernando Belaúnde, quien propiciara un acercamiento a los campesinos indios mediante Cooperación Popular (minga) y a la acción de los reyes Incas con su libro "El Perú como Doctrina", verdadero canto a la actuación planificadora del Cuzco Imperial.
Por esos mismos tiempos florecieron las obras de dos indigenistas criollos notables: Luis E. Valcárcel y Jorge Cornejo Bouroncle.

Los intelectuales

Muchos de los más destacados intelectuales "blancos" crearon obras de defensa de los valores indígenas; es el caso de Ciro Alegría, quien con su "El mundo es ancho y ajeno" alcanzaría renombre universal (no mencionamos acá a José María Arguedas porque era mestizo y hasta se reclamaba indio). En la música criolla resulta imprescindible mencionar a Alicia Maguiña, no solamente por los versos de sus canciones, sino por sus actitudes en pro del folclore andino. Otros artistas se han inspirado en el mundo indio, como José Sabogal con sus cuadros y Juan Ríos con sus obras teatrales.

Entre militares

En el siglo XIX un militar progresista, el coronel Narciso Aréstegui, de la tradición social de Ramón Castilla, había escrito "El padre Horán", la primera obra literaria indigenista; mientras el coronel Pedro Ruiz Gallo, uno de los héroes del 2 de Mayo y de la Guerra con Chile, reivindicaba con sus pinturas a Túpac Amaru. Por su lado, el comandante Julio Guerrero (el militar más culto en la historia del Ejército Peruano), secretario del Mariscal Andrés A. Cáceres, elaboraba proyectos sociales diversos y escribía sobre el valor bélico montonero frente a Chile. En el Perú del siglo XX se tiene que considerar al Presidente General Juan Velasco Alvarado, que dictó la Reforma Agraria (llegó a llorar de rodillas al lado de una anciana indígena), al Mayor Teodomiro Cuevas "Rumimaqui", quien dirigió una sublevación aimara y cuyo rastro "desapareció"; y al General Antonio Rodríguez, Presidente por unas horas, hasta que fue ametrallado en palacio. Personajes de décadas más recientes son el Mayor Víctor Villanueva y el General Felipe de la Barra, que inició la tarea de presentar las luchas de los capitanes incaicos frente a los conquistadores.
Entre los defensores del indio destaca el rico y culto puneño Coronel Juan Bustamante. Personaje que viajó por todo el mundo, se halló en condiciones de observar mejor la postración del pueblo aborigen. Habría de resumir sus experiencias en obras nacidas en 1845, primero en Lima y luego en Francia. Llegó a dirigir una sublevación indígena. Fue asesinado.

Las desconfianzas

Además los indios, con razón, siempre desconfiaron del grueso de las opiniones criollas (es que eran volcadas por los políticos). Tal actitud empezó cuando el Congreso Constituyente de 1822 lanzó un manifiesto a los indígenas del país, en el que decía "no os asombre que os llamemos hermanos". El campesinado y otros sectores tomaron con recelo ese canto de sirena, que sin duda no reflejaba el sentimiento de la mayor parte de los asambleístas criollos reunidos en Lima; que pronto desmentirían, muchos de ellos, tan sonoras palabras con sus hechos. En cambio los indios habían acogido el llamado de los hermanos Angulo, que junto a Pumacahua se sublevaron en 1814-1815; vale decir, poco antes.
Convengamos pues en que la unidad real es asunto de suyo muy complejo; es un problema de cultura y comunicación, que hoy solamente la escuela puede proporcionar. Salvo que se busque la destrucción de toda la cultura andina, la mestiza y la afroperuana para crear un "peruano" sin pasado alguno, amorfo e incoloro; juego en el cual parte de los educadores podría estar cayendo sin darse cuenta.
Otro día veremos los puentes hoy tendidos entre las colectividades indígenas y las mestizas; son más que los que existen entre criollos e indios, pero aún insuficientes para conformar un Estado fuerte, con libre cohesión.

 (Publicado en el diario “La República” de Lima, Domingo 30 de julio del 2000).